Dos promesas a punto de estallar

Pablo Hernández y Mata, dos cracks emergentes

Estas semanas el Valencia esta negociando para convencerles en quedarse en la ciudad del Túria con los representantes de dos craks mundiales, David Jimenez Silva y David Villa, parece ser que se quedarán lo que es una fantástica notícia. Pero hay otra casi tan buena, que el Valencia tiene en plantilla a otros dos jugadores que lo tienen todo para ser otros dos craks mundiales más en el coliseo de Mestalla. Si Arguineguín (pueblo del mediapunta canario) y Tuilla (lugar donde nació el "guaje") han sido y son mágicos para el valencianismo por ser la cantera de los actuales máximos emblemas del equipo y afición, Castellón (por Pablo) y Burgos (por Juan Manuel) van a añadirse a esos espaciós históricos de la entidad.

Juan Manuel Mata llegó el pasado verano de la cantera del Real Madrid, casi sin hacer ruido entró en el vestuario del estadio de Mestalla, y tras la marcha de el faraón Quique Sánchez Flores y con la confianza del peor entrenador habido y por haber (eso esperamos) en el club Ronald Koeman, fue clave anotando goles decisivos para conseguir el título de Copa del Rey. No es su único titulo como futbolista, ya fue campeón de europa sub-19 con España en el Europeo 2006 en Polonia. Extremo izquierdo con gran calidad con un gran futuro por delante, ese es el "mini-zidane o pequeño zidane" como le empiezan a llamar.

Pablo Hernández es castellonense y un extremo izquierdo con gran calidad y enorme futuro en el futbol mundial, tan solo tiene 23 añicos. Además de en el Valencia (cantera) ha marchado cedido al Onda, Cadiz y Getafe, lugares donde se le recuerda como un pedazo de jugador. Lanza muy bien las faltas, en su primer partido de liga fuera de casa la pasada temporada anotó un golazo de falta ante el Sevilla inolvidable. Compren cintas de video, comprueben que la grabadora les funciona porque este futbolista nos dará muchos minutos que jamás querremos olvidar.

Mata y Pablo Hernández, dos craks y dos tios muy normales, si esa es la palabra "normales". Son futbolistas profesionales y a pesar de ello cuando les solicitas unos minutos para una entrevista casi siempre se detienen muy amables, e incluso sus miradas son de "buena gente", ni desafiantes ni distanciales, sino normales. Mucha buena suerte para dos cracks humildes.